La flacidez corporal es uno de los grandes retos para todos los amantes del cuidado de la imagen personal, siendo como tratamiento uno de los más demandados por nuestros clientes tras la lipoescultura y la pérdida de peso.
La flacidez tanto corporal como facial, genera una gran preocupación a nivel estético, pues indica de manera inequívoca el paso de los años. En muchos casos, cuando no se ha tratado de poner remedio a este problema estético, se produce una aceleración de este proceso de envejecimiento que trae como consecuencia un “descolgamiento” generalizado del tejido cutáneo.
Nuestros tratamientos de tecnología avanzada contra los signos de la flacidez:
Existen distintos tipos de tratamiento para lograr el objetivo de la reafirmación corporal. Distintas técnicas que se encuentran establecidas todas ellas dentro de la estética avanzada en su conjunto, y en las que su elección, dependerá de cada caso en particular y de la profundidad y alcance de la zona a reafirmar, y en todo caso de un exhaustivo estudio que determinará cual es la mejor opción.
Nuestros tratamientos anti flacidez trabajan con distintas tecnologías avanzadas entre las que destacamos la de electro estimulación avanzada mediante onda proximal y distal, actuando a tres campos
de profundidad en la zona tratada: músculo, estrato dérmico y sub-dérmico y dermis. Esta tecnología se basa en la automatización de la actividad muscular y de los tejidos logrando una total y
completa estimulación, tonificación y firmeza y rápido resultado de reafirmación.
Contamos también en el tratamiento con el uso de varios equipos de Radiofrecuencia, tanto Tripolar como Bipolar. La radiofrecuencia es una tecnología no invasiva que reafirma la piel hasta los estratos más profundos, renovando en ellos el colágeno perdido por causas diversas en las tres capas dérmicas. Su acción se basa en la aceleración biomolecular que repolariza la membrana de las células, consiguiendo un equilibrio y revitalización en las zonas tratadas. La radiofrecuencia activa los procesos metabólicos que regulan la formación de elastina y colágeno mediante el calentamiento de la dermis, logrando así reafirmar y redensificar los tejidos profundos de la piel mejorando notablemente su tono y aspecto. Su uso se hace imprescindible en el tratamiento de las zonas blandas de brazos, abdomen, dorso, muslos (sobre todo en la cara interna de los mismos), rodillas, etc.
Tanto la electro estimulación avanzada como la radiofrecuencia se pueden asociar con diferentes técnicas para optimizar los resultados, siendo la principal la mesoterapia con productos específicos de última generación, que combinan oligoelementos, ácido hialurónico y estimuladores de colágeno, también presente en nuestros tratamientos de reafirmación.
Tipos de flacidez:
La flaccidez se manifiesta en diferentes zonas de la piel del cuerpo siendo consecuencia de diversos factores de orden orgánico o de índole externo, como por ejemplo: envejecimiento cutáneo intrínseco, situaciones de adelgazamiento brusco, deficiencias nutricionales, exposición continuada a la radiación solar, deshidratación de la piel, y por supuesto a la edad cronológica de la persona.
Existen dos tipos de flacidez: la muscular y la dérmica. La primera se caracteriza porque los músculos, en determinadas zonas donde se acumula más grasa (abdomen, brazos, cara interna de muslos, glúteos, pechos, espalda...), pierden su tonicidad y firmeza; pero aunque éstas sean las zonas más propensas, las flacidez también puede afectar al resto del cuerpo. Cuando los tejidos son afectados por la flacidez, estos adquieren una consistencia blanda, pareciendo con el movimiento ser de gelatina. La segunda, la flacidez dérmica, está causada por el paso del tiempo y como consecuencia de las agresiones externas que hacen que la piel del cuerpo comience a deteriorarse y a perder las proteínas encargadas de su sostén; éstas son las proteínas de colágeno y elastina. Cuando esto sucede se forman líneas de expresión, la piel se afloja y cae. Cabe destacar que este proceso de deterioro no solo afecta a los músculos y a la dermis a nivel general, ya que los músculos faciales también pueden aflojarse. Una vez que esto pasa, si no ponemos remedio la vuelta atrás es casi imposible, pero si llegamos a tiempo, estos tejidos profundos y dérmicos pueden mejorar con el ejercicio, la dieta y los tratamientos estéticos avanzados.
Causas de la flacidez:
Una de las causas de la flacidez, es la pérdida de colágeno y elastina, sustancias que se encargan de dar tonicidad y firmeza a la cara y al cuerpo y cuya producción disminuye con el paso de los
años. La flacidez se produce ante todo por efecto del paso de los años y la acción de la gravedad pero también influyen otros muchos factores. Otros de los factores a tener en cuenta es una mala
alimentación, pobre en aporte de proteínas y muy necesarias para dar firmeza a la dermis. Cualquier cambio brusco de peso provocado a veces por dietas excesivas, puede traer como consecuencia una
pérdida de tonicidad y un descolgamiento de la piel. Una dieta abundante en grasas e hidratos de carbono provoca una consistencia “fofa”, a la vez que malnutrición. La flacidez es la pérdida de
firmeza de la piel, sus causas principales son:
Mala alimentación (carencias de proteínas, imprescindibles en la formación de los tejidos, exceso de grasas...). Si es escasa en proteínas se reduce la masa muscular, mientras que el exceso de azúcar ocasiona el endurecimiento de colágeno, lo que acelera su destrucción y por consecuencia aparece de forma prematura la flacidez en todo el cuerpo. Las dietas sin control, que logran bajadas bruscas de peso. Dietas drásticas. Cuando se pierde peso de forma muy rápida, la piel no tiene tiempo para adaptarse a estos cambios y queda colgando.
Vida sedentaria ya que la falta de ejercicio físico lleva a que se pierda masa ósea y muscular.
Las exposiciones a los rayos solares durante períodos prolongados. El mayor enemigo de la firmeza. Los rayos del sol generan radicales libres que atacan a las fibras de la dermis y la debilitan. Una razón más para moderar las horas que pasamos tomando el sol.
Envejecimiento. Con el paso de los años la piel adelgaza. La capa media o dermis pierde grosor, ya que las células que fabrican las fibras de colágeno y elastina son menos abundantes y forman menos fibras. Además se pierde parte de la grasa subcutánea y masa muscular que sirven como un “colchón” a la piel.
Cambios hormonales. El descenso de los estrógenos de la menopausia hace que se destruyan más rápidamente las fibras de colágeno.
Embarazo. La flacidez aparece en el abdomen tras el parto y en los senos al finalizar la lactancia.
Tabaco. Sabías que cada vez que inhalas un cigarrillo se forman millones de radicales libres que destruyen el colágeno de alrededor de la boca y los ojos.
Estrés y falta de sueño. Ralentizan la renovación celular y aceleran la aparición de flacidez.
Baños y duchas con agua muy caliente y saunas muy prolongadas. Relajan los tejidos volviendo la piel más flácida, lo mejor es alternar agua tibia y agua fría con el chorro de ducha más potente.